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La negativa de Catalá a negociar la Zona de Bajas Emisiones amenaza con disparar el bonobús un 66%

La concejala socialista María Pérez ha denunciado que la falta de voluntad de María José Catalá para llegar a un acuerdo sobre la Zona de Bajas Emisiones no solo puede costarle a la ciudad más de 115 millones de euros en inversiones sino que también implicará que el precio del bonobús de la EMT se dispare un 66% hasta los 8,5 euros en 2026. Y es que, si no se aprueba la ordenanza, València no podrá optar a los descuentos del transporte.

La señora Catalá sigue sin acordar y sin negociar la aprobación de la Zona de Bajas Emisiones y esa falta de interés va a tener consecuencias directas para los valencianos y las valencianas. Si no lo hace, este ayuntamiento perderá las ayudas al transporte y eso significa que el precio del bonobús subirá un 66% pasando de los 5,10 euros actuales a 8,5 euros a partir del 1 de enero. Además, desaparecerá el descuento del 50% para los jóvenes”, ha señalado.

La concejala socialista ha hecho hincapié en que la pérdida de estos descuentos se producirá aunque el gobierno de España los prorrogue porque si no se aprueba una Zona de Bajas Emisiones la ciudad no puede beneficiarse de esta iniciativa. “Estamos hablando de una medida que no solo sirve para proteger la salud y mejora la calidad del aire de los valencianos sino que, además, permite mantener las ayudas al transporte y asegurar más de 115 millones de euros en fondos europeos”, ha declarado.

“Por eso, resulta incomprensible que casi 15 días después de su fracaso en el pleno, la señora Catalá siga sin presentar una propuesta seria y sin mostrar una voluntad real de alcanzar un acuerdo. Los vecinos y vecinas de València se juegan mucho si no se aprueba la ordenanza antes de que finalice el año y a Catalá parece que no le importa absolutamente nada que los usuarios de la EMT tengan que pagar un 66% más caros los viajes de autobús”, ha continuado.

La concejala socialista ha manifestado no entender por qué Catalá y el PP se niegan a negociar la ordenanza pese a las consecuencias tan negativas que puede sufrir la ciudad si no se aprueba el texto legal antes de que finalice el mes de diciembre. “Cada día que pasa esta ciudad sin una Zona de Bajas Emisiones aprobada, pierde la ciudad, pierde la salud de los valencianos y pierde el bolsillo de quienes más usan el transporte público”, ha finalizado.